El ex presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, falleció este martes a los 89 años en su chacra ubicada en las afueras de Montevideo. La noticia fue confirmada por el actual mandatario uruguayo, Yamandú Orsi, quien lo definió como “un referente, un conductor y un compañero inolvidable”.

Mujica murió tras una larga lucha contra el cáncer, enfermedad que lo había mantenido alejado de la actividad pública durante los últimos meses. Aún en su etapa final, se mantuvo lúcido y firme en sus convicciones, rodeado de su círculo más íntimo en su hogar rural, el mismo en el que vivió gran parte de su vida.

“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”, expresó Orsi en su cuenta de X (ex Twitter).

José Mujica fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, y es recordado por su estilo de vida austero, su discurso humanista y su cercanía con el pueblo. Antes de llegar al poder, integró el Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros, por lo que estuvo preso durante la dictadura militar.

Su figura trascendió las fronteras de Uruguay, siendo reconocido internacionalmente por su coherencia, su rechazo a los privilegios y su defensa de la dignidad humana. Durante su mandato impulsó leyes progresistas como la legalización del cannabis y el matrimonio igualitario, y promovió un modelo de gobierno centrado en la sobriedad institucional.

“Pepe” Mujica deja un legado político y ético que marcó a generaciones en toda América Latina. Su figura se convirtió en símbolo de lucha, humildad y compromiso social, incluso después de dejar la presidencia.

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En un emotivo encuentro con 6.000 periodistas de todo el mundo que cubrieron los funerales del Papa Francisco y su elección, el Papa León XIV hizo un llamado contundente a favor de la paz a través de los medios de comunicación. El evento se llevó a cabo en el Aula Pablo VI del Vaticano, donde el pontífice instó a los comunicadores a ejercer una labor basada en el respeto, la verdad y la responsabilidad social.

“La paz comienza con cada uno de nosotros: con la forma en que miramos, escuchamos y hablamos de los demás”, expresó León XIV, y pidió a los presentes que promuevan una “comunicación desarmada y desarmante” frente a un mundo cada vez más atravesado por conflictos, guerras y discursos de odio.

El Papa exhortó a los comunicadores a rechazar “la guerra de las palabras y de las imágenes”, y en una clara referencia al uso de las redes sociales, abogó por transformar los medios digitales en espacios de diálogo y no de confrontación.

También tuvo palabras de aliento y solidaridad con los periodistas encarcelados en distintos países del mundo por informar la verdad, y pidió por su inmediata liberación.

“Su sufrimiento interpela la conciencia de las naciones y de la comunidad internacional”, afirmó.

León XIV remarcó que el periodismo y la comunicación no solo transmiten información, sino que crean cultura y modelan entornos humanos y digitales. En ese sentido, reiteró que la Iglesia “debe aceptar el desafío de su tiempo” y que la tarea de comunicar no puede estar fuera de la historia ni de la responsabilidad social.

“Les pido que elijan consciente y valientemente el camino de la comunicación pacífica. Purifiquemos la comunicación de todo prejuicio, rencor, fanatismo y odio”, enfatizó el pontífice, que fue aplaudido en varios momentos de su intervención.

El encuentro también fue acompañado por el secretario del Ministerio para las Comunicaciones Sociales del Vaticano, el argentino monseñor Lucio Ruiz, quien destacó el rol fundamental de los medios:

“El comunicador no solo transmite noticias, sino que crea cultura. Eso exige responsabilidad en lo que decimos y en cómo lo decimos”, dijo en diálogo con Clarín.

Finalmente, Ruiz adelantó que se espera un pontificado con fuerte impronta en materia de comunicación, como ya se dejó entrever en las referencias del Papa León XIV a la inteligencia artificial y la ética informativa en su primer discurso ante los cardenales.

Este encuentro rememora el gesto del Papa Francisco con los periodistas tras su elección en 2013, cuando expresó su deseo de “una Iglesia pobre para los pobres”. Ahora, con León XIV, la Iglesia parece abrir una nueva etapa de reflexión y responsabilidad sobre el poder transformador de la palabra en tiempos de polarización global.

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La elección del cardenal Robert Prevost como nuevo Papa, bajo el nombre de León XIV, fue recibida con entusiasmo y emoción por parte de los obispos argentinos, reunidos en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina que se desarrolla en Pilar. Según fuentes eclesiásticas presentes en el lugar, el anuncio provocó una mezcla de “alegría, euforia y también desahogo” entre los prelados.

Prevost, de 69 años, estadounidense de origen español, fue electo en el segundo día de votación del Cónclave, una señal clara de consenso entre los 133 cardenales, de los cuales una gran mayoría fueron designados por el Papa Francisco durante sus 12 años de pontificado. Su elección es interpretada como un gesto de continuidad con la línea pastoral del pontífice fallecido el mes pasado.

Vínculos con referentes argentinos

El nuevo Papa mantiene estrechos lazos con figuras clave de la Iglesia argentina, como el obispo auxiliar de La Plata, Alberto Bochatey, también agustino, y actual administrador apostólico sede vacante de esa arquidiócesis. “Fueron compañeros de congregación y trabajaron juntos en el Dicasterio para los Obispos, donde Prevost fue nombrado por Francisco”, recordaron allegados a la Conferencia Episcopal.

También se destaca su relación con el actual arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, con quien compartió espacios en Roma y una visión pastoral centrada en los pobres, los migrantes y una Iglesia cercana a los que sufren.

En la elección también participaron cuatro cardenales argentinos: Vicente Bokalic, Víctor Manuel Fernández, Ángel Sixto Rossi y Mario Poli, lo que reforzó la presencia y el peso de la Iglesia nacional en la definición del nuevo pontífice.

Una elección que fortalece la continuidad

Voceros eclesiásticos destacaron que Prevost era considerado una de las figuras más cercanas a Francisco dentro de la Curia romana, y que su llegada al papado podría entenderse como una transición armónica entre dos liderazgos afines en su mirada pastoral, aunque con matices propios.

Desde la Conferencia Episcopal, el clima fue de festejo contenido pero significativo, y ya se analizan posibles visitas institucionales y la articulación con el nuevo pontífice, que conoce de cerca la realidad latinoamericana gracias a sus más de dos décadas de misión agustiniana en Perú.

Con su elección, León XIV inicia una nueva etapa en el Vaticano, con fuertes vínculos con América Latina y una Iglesia argentina que siente que sigue teniendo voz y peso en Roma.

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